Proyecto Voyeur- O de cómo la represión mata a la fantasía
Quiero que seas la mente que no he podido encontrar, el alma que no he podido encontrar, el cuerpo que no he podido encontrar. Quiero ser el otro ser que necesites. No, nada de almas gemelas ni pinches promesas cursis de estar juntos hasta la vejez: tenerte aquí, ahora y el futuro que se construya solo, si quiere. Nada de juegos mentales, nada de palabras debajo de las palabras. Nada de fingir ser débil, nada de fingir ser fuerte.
Que no nos sea necesario jugar a conocernos. Que no nos sea necesario alimentarnos de mentiras. Que no nos sea necesario jodernos mutuamente la existencia. Que las relación fluya natural, sin tener que planearla tanto, analizarla tanto, pulverizarla tanto. Y un día, así nomás, que nos dé por tirarnos a la hueva o a hacer el rídículo o hacer un proyecto complicado, intrincado y dejarlo a medio camino si se nos pega la gana: qué importa, mujer, estaremos juntos para partirnos de la risa por lo estúpidos que somos.Wey, y que el sexo sea delicioso, sin intenciones escondidas.
Que si quieres hacer la posición del tornillito japonés con cien lagartijas(*), no haya ninguna bronca. Y si alguno de los dos no quiere, que tampoco haya pedo, que el otro no sienta que se le desprecia, que ya hay un tercero, que ya no se le encuentra atractivo. En fin, todo el cúmulo de pendejadas que tienden a florecer.
El sexo es para darnos placer no para comprar, convencer, chantajear.¿que cuanto durará? no sé, tal vez un mes o un año o, si tenemos suerte, un día. Pero ten por seguro que valdría la pena. Te lo firmo donde quieras.Pero sé, comprendo que eso no es posible. Podríamos intentarlo pero moriríamos en el intento.
Estoy consciente de que por naturaleza necesitamos prometernos cosas, mentirnos -aunque sea ligeramente- en otras, de que tenemos nuestra forma de ser y siempre intentaremos imponerla -de manera amable, sutil, casi tirandole a subliminal-, que sí, me seguirás apretando con tu piernas cuando el placer te mate, pero será allá lejos a kilómetros de mí, hundida por completo en tu mundo, mientras yo estoy en el mío.Sé que te hartarás de mí así como yo de tí.
Que llegará el momento en el que no nos aguantemos: "puta!" "impotente!"...las dulzuras que nos depara el futuro.Y me serás infiel. Y te seré infiel.Tal vez deambularemos por ahí algún tiempo, buscandonos en otras personas. Buscándonos como solíamos creer que somos.Y quizas regresemos, porque a fin de cuentas nos caerá el veinte de que sí, sí somos compatibles...a pesar de todo.
Y quizás lleguemos a viejitos, arrugaditos, chimuelitos, con nuestros bastones de caoba, en nuestras mecedoras, con nuestros nietos jugando en el patio con el perro, y nosotros agarraditos de las manos...wey, mataría por eso.
Quiero que seas la mente que no he podido encontrar, el alma que no he podido encontrar, el cuerpo que no he podido encontrar. Quiero ser el otro ser que necesites. No, nada de almas gemelas ni pinches promesas cursis de estar juntos hasta la vejez: tenerte aquí, ahora y el futuro que se construya solo, si quiere. Nada de juegos mentales, nada de palabras debajo de las palabras. Nada de fingir ser débil, nada de fingir ser fuerte.
Que no nos sea necesario jugar a conocernos. Que no nos sea necesario alimentarnos de mentiras. Que no nos sea necesario jodernos mutuamente la existencia. Que las relación fluya natural, sin tener que planearla tanto, analizarla tanto, pulverizarla tanto. Y un día, así nomás, que nos dé por tirarnos a la hueva o a hacer el rídículo o hacer un proyecto complicado, intrincado y dejarlo a medio camino si se nos pega la gana: qué importa, mujer, estaremos juntos para partirnos de la risa por lo estúpidos que somos.Wey, y que el sexo sea delicioso, sin intenciones escondidas.
Que si quieres hacer la posición del tornillito japonés con cien lagartijas(*), no haya ninguna bronca. Y si alguno de los dos no quiere, que tampoco haya pedo, que el otro no sienta que se le desprecia, que ya hay un tercero, que ya no se le encuentra atractivo. En fin, todo el cúmulo de pendejadas que tienden a florecer.
El sexo es para darnos placer no para comprar, convencer, chantajear.¿que cuanto durará? no sé, tal vez un mes o un año o, si tenemos suerte, un día. Pero ten por seguro que valdría la pena. Te lo firmo donde quieras.Pero sé, comprendo que eso no es posible. Podríamos intentarlo pero moriríamos en el intento.
Estoy consciente de que por naturaleza necesitamos prometernos cosas, mentirnos -aunque sea ligeramente- en otras, de que tenemos nuestra forma de ser y siempre intentaremos imponerla -de manera amable, sutil, casi tirandole a subliminal-, que sí, me seguirás apretando con tu piernas cuando el placer te mate, pero será allá lejos a kilómetros de mí, hundida por completo en tu mundo, mientras yo estoy en el mío.Sé que te hartarás de mí así como yo de tí.
Que llegará el momento en el que no nos aguantemos: "puta!" "impotente!"...las dulzuras que nos depara el futuro.Y me serás infiel. Y te seré infiel.Tal vez deambularemos por ahí algún tiempo, buscandonos en otras personas. Buscándonos como solíamos creer que somos.Y quizas regresemos, porque a fin de cuentas nos caerá el veinte de que sí, sí somos compatibles...a pesar de todo.
Y quizás lleguemos a viejitos, arrugaditos, chimuelitos, con nuestros bastones de caoba, en nuestras mecedoras, con nuestros nietos jugando en el patio con el perro, y nosotros agarraditos de las manos...wey, mataría por eso.